jueves, 19 de marzo de 2015

No hay viviendas en Ibiza

Mientras unos se enriquecen sin pagar impuestos otros se quedan sin vivienda. Así de simple y así de injusto es el resultado del descontrol de los alquileres turísticos en Eivissa. Jóvenes y familias de la Isla no pueden acceder a una vivienda de alquiler anual por los desorbitados precios que propietarios e intermediarios pueden cobrar en verano gracias a la falta de control sobre el pago de impuestos y la legalidad.

Promoción en Platja d’en Bossa que alquila a diferentes precios en invierno y verano. Foto: L. A.

El debate está en la calle y en las redes sociales. Buena parte de los afectados son personas jóvenes, aunque ya adultas, de entre 30 y 40 años, que se ven abocadas a compartir pisos, en algunas ocasiones con extraños; a regresar a casa de sus padres, por no poder afrontar el precio de los alquileres; a vivir de forma nómada, ya que aquellos pisos que se alquilan a precios razonables en invierno, triplican las tarifas en verano; y en los casos más extremos, algunos han tenido que abandonar la Isla.

Y esto no solo le ocurre a la gente que ha elegido Eivissa para vivir, es decir, a los residentes. También afecta a los propios ibicencos. Susana Ribas es una joven ibicenca de 30 años que ha tenido que volver a vivir a casa de sus padres por esta situación. Después de residir tres años en Austria decidió regresar a la Isla y se encontró con la misión imposible de buscar una vivienda digna a un precio normal para todo el año.

Hace pocos días tuvo que salir de un piso de Platja d’en Bossa porque el precio al que se lo alquilaron en invierno, a partir de abril, se triplica. Ella regresó a casa de sus padres, pero su compañera de piso tuvo que irse a Barcelona ante la imposibilidad de encontrar un lugar donde vivir.

“Mi amiga se ha ido porque no podemos pagarlo, porque de cara al verano ya no duplican el precio, lo triplican, es increíble”

“Encontramos casa a finales de verano, pero solamente para la temporada de invierno, porque no hay alquiler anual. Durante todo el invierno pagamos 500 euros por un piso de tres habitaciones nuevo, que está más que bien, pero entramos con la condición de que en abril nos teníamos que ir o pagar 1.800 euros si nos queríamos quedar”, explica Susana, sobre una promoción de edificios de Platja d’en Bossa, que también tuvieron que abandonar sus vecinos del invierno.

“En casi todos los pisos de Platja d’en Bossa se hace eso. Nosotras, antes de entrar en el que estábamos viviendo, vimos uno enfrente de la playa en el que pasaba lo mismo. Al final, mi amiga se ha ido porque no podemos pagarlo, porque de cara al verano ya no duplican el precio, lo triplican, es increíble”, añade la joven, que matiza que en este caso le hicieron un contrato de alquiler.

Vivir a tutiplén realquilando pisos

Susana se indigna cuando ve que algún colega suyo vive a “tutiplén” realquilando pisos y casas, cuando ella no puede conseguir una vivienda digna para estar todo el año. “Tengo un amigo alemán que paga precios desmesurados para alquilar propiedades para todo el año y en verano las realquila por días. Vive con su novia rusa, ni hablan español, y viven a tutiplén gracias al dinero que ganan realquilando los alquileres . Y yo le digo, ‘¿A tí no te ponen en el contrato que no puedes realquilar?’, y me responde que la dueña más o menos lo sabe. Él vive aquí la gran vida. Tiene tres o cuatro casas alquiladas todo el año y vive como Dios. Me indigno ”, relata Susana.

“Todos son intermediarios en negro y te dicen la ristra de pisos que tienen, y dices madre mía”

El de los intermediarios es otro capítulo de la pesadilla de buscar casa de alquiler que merecería un reportaje aparte. “Te sientes engañada, te sientes indignada, llamas por teléfono a los pisos y son todos italianos. Y tienes que pagarles por intermediario ¿Cómo te voy a pagar mil euros por abrirme la puerta? ¡Mil euros, un mes de comisión por venir y abrirme la puerta! Todos son intermediarios en negro y te dicen la ristra de pisos que tienen, y dices madre mía”, critica la joven.

“Aparte de que luego ves cada casa, que dices, cómo me puedes pedir 1.200 euros por esto. Te dan ganas de decir me voy de Eivissa, no hay salida con este tema de la vivienda, y cada vez está peor”, añade Susana.

Ni siquiera siendo ibicenca

Ya ni siquiera ser ibicenca le ayuda a conseguir un alquiler. “Mi padre tiene muchos amigos que tienen propiedades, que tienen terrenos y casitas y de todo, y nadie quiere alquilar nada. Se guardan las casas para el verano. Le dicen ‘mira, por más que sea tu hija, yo en un mes en verano, gano lo de todo un año’. Nadie quiere perder dinero, todos quieren hincharse los bolsillos a más no poder, y no nos alquilan ni siquiera conociéndonos o con referencias”, asegura.

Susana explica que todos sus amigos está viviendo con sus padres o compartiendo piso, muchos de ellos temerosos de que un día aparezca el casero y les quiera aumentar el precio, que ya ronda los 800 o 900 euros por mes, todo el año. “Alguien tiene que regularlo, no puede ser que se estén llenando los bolsillos y que se hagan de oro, mientras que nosotros que estamos aquí todo el año estamos jodidos. A los turistas les da igual, se juntan quince y pagan 3.000 euros por una semana, pero nosotros ¿Qué hacemos los ibicencos? Yo tengo la suerte que están mis padres, sino qué hago, me tengo que ir a una habitación a pagar 500 euros, a sentirme una extraña y a estar incómoda ¿Dónde está la ley?”, se pregunta Susana.

Cama caliente

Al igual que Susana, Javier de Miguel, un joven madrileño de 42 años afincado en Eivissa, también ha padecido lo que supone buscar piso para todo el año. En la actualidad, vive en la habitación de la casa de un amigo ante “la imposibilidad de encontrar un alquiler razonable”.

Pisos en la zona de ocio de Platja d’en Bossa.

“No puedo entender que el cien por cien de los alquileres en la isla se hayan convertido en turísticos ya sean legales o ilegales, y que la administración competente no haga absolutamente nada para evitar que la burbuja inmobiliaria en la isla siga inflándose hasta no sé cuándo, porque al ritmo que va esto terminaremos alquilando una cama caliente para poder seguir viviendo aquí”, critica.

Su frustrada búsqueda de vivienda comenzó después de vivir cinco años pagando un alquiler “razonable para lo que es Eivissa”, que ascendía a 700 euros, por un piso de la calle Ignasi Wallis que compartía con su mujer. “Por las vicisitudes de la vida, la relación con mi mujer terminó y llegó el momento de buscar otro piso, apartamento o estudio. Finalmente estoy en la habitación de la casa de un amigo por la imposibilidad de encontrar un alquiler razonable, que no barato, al que poder hacer frente”, asegura.

“Los alquileres disponibles terminarán, si no lo están ya, en las manos de traficantes o prostitutas que son los únicos que pueden pagar esos precios. La culpa de este problema no es solo por la avaricia de los propietarios, también están los vividores que alquilan dos o tres pisos y los realquilan por semanas o días para no trabajar en todo el verano, a diferencia de los que vivimos aquí todo el año e intentamos trabajar decentemente. Si tuviéramos una administración decente ya habría hecho algo para frenar esta locura”, destaca Javier.

Enfrentamientos en las redes sociales

La polémica también está presente en las redes sociales, donde a lo largo de este invierno se ha podido ver la búsqueda desesperada de mucha gente intentando encontrar un alquiler anual, incluso peticiones de familias con hijos que rogaban por una vivienda para todo el año.

Imagen: Grupo de Facebook de Ibiza Real “Stafe”

En grupos de Facebook creados especialmente para la oferta y demanda del alquiler en la Isla se cruzan cada vez más las críticas entre aquellos que ponen los precios por la nubes y piden pagos solo en efectivo y por adelantado, y los que tienen necesidad de encontrar una vivienda y les acusan de fraude.

Por estas redes sociales también aparecen los intermediarios avisando que varios tienen pisos para alquilar y vender en la Isla, todo regado con comentarios que ilustran el enfado cada vez más creciente de aquellos que no pueden acceder a una vivienda digna.

Incluso, uno de los grupos de Facebook ironiza con un letrero de portada que reza Ibiza, Real ‘Stafe’, haciendo alusión a la palabra estafa.

El debate está en la calle y en las redes sociales, ahora falta que de una vez llegue a las instituciones, que es donde se deben buscar las soluciones al desconotrol de los alquileres turísticos en Eivissa.

Fuente: Nou Diari

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