viernes, 6 de marzo de 2015

Sant Mateu piden que las casas payesas sean retiradas del catálogo

Sant Mateu piden que las casas payesas sean retiradas del catálogo
El candidato a la alcaldía, José Sala, ve «bastantes defectos de forma y de fondo» y reclama abiertamente su retirada

06.03.2015 | 09:07

Acceso a una vivienda payesa de Sant Mateu. FERNANDO DE LAMA
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Un polémico catálogo
JOSÉ MIGUEL L. ROMERO | IBIZA La asociación de vecinos de Sant Mateu quiere que el Ayuntamiento de Sant Antoni «suprima las casas payesas del catálogo de protección del patrimonio» –que se encuentra en fase de exposición pública– o que en su defecto «se disminuya el nivel de protección máximo [el A] otorgado mayoritariamente» a esas viviendas en las fichas elaboradas por la arquitecta Inès Vidal y la arqueóloga Ángeles Martín Parrilla, autoras del inventario. En caso de que el Consistorio optara por esta última posibilidad, la asociación propone que la protección de cada inmueble se limite exclusivamente a la de su fachada principal, según recoge la entidad en unas alegaciones aprobadas durante una junta que celebró el pasado lunes y que presentará antes del 10 de marzo, fecha en que expira el plazo de exposición pública. Vinculada a esa petición, la asociación vecinal insta a la alcaldesa a que «suspenda la tramitación de las Normas Subsidiarias [también en fase de exposición pública] en tanto que no se complete el catálogo de patrimonio histórico».

Sant Mateu se suma así al cabreo generalizado existente en Santa Agnès, cuyos vecinos se vieron las caras el pasado martes con el edil de Urbanismo, José Torres, y la alcaldesa, Pepita Gutiérrez, en una tensa reunión que tuvo lugar en el salón de plenos de Sant Antoni. Tras conocer la reacción de sus paisanos de Corona, la asociación de Sant Rafel decidió el pasado miércoles hacer pública el acta de la reunión celebrada a mediados de febrero en la que también pidieron la suspensión provisional del catálogo.

Niños, policías y cerdos
En un duro escrito, la asociación de Sant Mateu exige además al Ayuntamiento «la eliminación en el catálogo de cualquier fotografía en la que aparezcan personas, matrículas de coches, interiores de viviendas o cualquier otro elemento que sea susceptible de incumplir la Ley de Protección de Datos». De hecho, hay imágenes en las que se ven a niños e incluso a los agentes de la Policía Local que acompañaron a la arquitecta que elaboró el trabajo. También son numerosos los vehículos captados –de los que no se borraron las matrículas–, así como ancianos y hasta los participantes en una matanza, cerdo degollado incluido (en algunas sale hasta despiezado). Según un portavoz de los propietarios de esa parroquia, muchas de esas imágenes fueron tomadas sin avisar de que serían volcadas en el catálogo y de que este podría ser accesible para cualquiera en la web del Consistorio.

El catálogo incluye 74 fichas de inmuebles de Sant Mateu. Las autoras del inventario solo accedieron a 33 sin problemas, mientras en tres viviendas no pudieron fotografiar su interior y en otros tres casos solo les consintieron captar algunas partes. No pudieron meterse dentro de una treintena de edificios. Por esa razón los residentes con propiedades en esa parte del municipio consideran que «el catálogo es incompleto» –algo que se reconoce en la propia memoria del estudio– y que «carece del suficiente rigor técnico».

La asociación de vecinos se queja de que «debería haber sido informada por el Ayuntamiento» antes de la aprobación inicial de la redacción del catálogo «para su mejor conocimiento de las consecuencias y efectos». Alegan total desconocimiento y falta de información por parte del Consistorio, hasta el punto de que nadie esperaba en sus propiedades «la visita de una señora, en ocasiones acompañada por policías locales, que decía actuar en nombre del Ayuntamiento» para fotografiar los inmuebles por dentro y por fuera, «sin que en ningún momento facilitara información referente a la finalidad de las imágenes ni aportara notificación ni documentación alguna». Aseguran en sus alegaciones que ahora, sin saberlo previamente, se las encuentran publicadas en el catálogo y protestan por ello porque estiman que podrían perjudicar «a quienes de buena fe consintieron las fotografías».

En el borrador de alegaciones también se insta a «la supresión de toda medida retroactiva» en los casos de intervenciones que sean «preferentes y admisibles» en las casas payesas. Así, los propietarios de Aubarca recuerdan que han sido ellos los que «han mantenido durante siglos las denominadas casas payesas como viviendas de tipología tradicional ibicenca sin que se haya necesitado acuerdo administrativo alguno de protección debido al tradicional apego que los ibicencos tienen a sus casas y a sus tierras». En ese sentido, insisten en que «por tradición y costumbrismo» han ido adaptando las viviendas «a los tiempos y a las necesidades de las familias», por ejemplo añadiendo habitaciones o casas: «Eso es lo que ha generado la volumetría tan característica de la vivienda tradicional ibicenca, a modo de cubos contrapuestos».

Arquitectura payesa «viva»
Alegan que se trata de «una arquitectura viva» cuya tradición «se pretende conculcar ahora al catalogar con el nivel máximo de protección» (el A) a la mayoría de los inmuebles que aparecen en el inventario. Los afectados consideran que eso supone en la práctica «no permitir modificación alguna en su composición volumétrica, estructura y cubiertas», entre otras partes del edificio. De las 275 casas catalogadas de Sant Antoni, solo un puñado son del tipo B o C.

Las fichas incluyen obligaciones constructivas y severos rapapolvos de la arquitecta contra algunas obras realizadas dado que no seguían los cánones tradicionales, lo que ha molestado a los vecinos. Los de Sant Mateu señalan al respecto en sus alegaciones que «los habitantes actuales de las casas payesas no quieren vivir en ningún tipo de museo vivo, sino que desean poder adaptarse a los estándares de confort y condiciones de habitabilidad exigibles en cualquier vivienda según la normativa». Y advierten de que si se siguiese al pie de la letra lo que la redactora especifica en las fichas «incumplirían el código técnico de edificación».

Cargan además contra las medidas «con carácter retroactivo» que incluye para la eliminación de elementos «ornamentales o técnicos» que fueron ejecutados con anterioridad a la redacción del catálogo. Al respecto insisten en que «no suponían una irregularidad en el momento de su ejecución», por lo que obligarles a eliminarlos «constituiría un incumplimiento del principio constitucional de irretroactividad de las normas».

La asociación celebra mañana una reunión en la que tratará de nuevo este asunto y empezará a recoger firmas de los parroquianos para respaldar sus alegaciones.

Fuente: Diario de Ibiza

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